Siempre, desde muy chica...

escuché decir a mi mamá que no hay que dejar que un perro abandonado (o cualquier animal) pase hambre o sed. En aquella época (tengo 62 años) no se veía lo que se ve hoy. De vez en cuando aparecía algún perro callejeando, tal vez por haber corrido detrás de una perra en celo, pero no era lo común para la época. Mamá les daba agua y comida se quedaban por acá un tiempo y luego seguían viaje, pero, insisto, era uno de vez en cuando. Eso me fue formando, es lo que vi, es lo que escuché. Crecí, y continué con la tarea, siempre buscando la solución para evitar el sufrimiento animal. Ahora, se fueron encadenando las voluntades de una manera casi mágica. No se si decir que soy "proteccionista" me parece una palabra demasiado grande para utilizarla conmigo que soy solamente un pequeño granito de arena que forma un médano que sueña con ser montaña. Por ahora, podría decir que soy "colaboradora de los sin voz" o "una de las voces de los sin voz". Los amo, los entiendo, trato de protegerlos y tengo un sueño que se parece más a una utopía: que todas las voluntades podamos unirnos para servir mejor a nuestros hermanos (según San Francisco de Asís y lo comparto). Somos muchos está comprobado, hay proteccionistas, hay socorristas que están organizados y estamos también los independientes. Creo que todos comenzamos solos y en el camino nos vamos uniendo. Pienso que si nos unimos todos, podemos formar un inmensa red donde cada uno cumpla un rol y no nos desgastemos ni colapsemos y los beneficiados serán esos seres que amamos. Stella Faccio. mail: stellafaccio@hotmail.com

miércoles, 13 de febrero de 2019

Fatiga por compasión

Copiado del facebook de Paula Colombini Armentano

CADA TANTO COMPARTO ESTA NOTA PARA QUE TAL VEZ SE COMPRENDA LO DURO DE LA REALIDAD :

FATIGA POR COMPASION, el síndrome silenciado de VOLUNTARIOS, RESCATISTAS .

Es importante detectar los síntomas a tiempo, por nosotros y por los animales que se encuentran bajo nuestra responsabilidad.
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Trabajar por y para los animales puede ser apasionante pero también emocionalmente agotador…
Voluntarios y trabajadores de refugios y protectoras están en contacto diario con las tragedias de animales maltratados y abandonados.

Las viven en primera persona y, aunque trabajan para mejorar su futuro, no pueden ser ajenos a su sufrimiento.

La Fatiga por Compasión o Desgaste por Empatía es una forma de estrés traumático secundario reconocida dentro de la Psicología. Afecta a un gran número de profesionales y voluntarios dedicados al cuidado de perros, gatos y otras especies animales. Sin embargo, pocos conocen este síndrome.

Es el gran mal del que nadie quiere oír hablar…
El mal silenciado…

Charles Figley, director del Tulane Traumatology Institute, acuñó, en 1995, el término Compassion Fatigue (Fatiga por Compasión o Desgaste por Empatía, en castellano). Actualmente, es un concepto en evolución dentro de la Psicotraumatología y se asocia con el “coste de cuidar” de otros, animales o personas, que padecen sufrimiento físico o emocional. Se considera una forma de estrés traumático secundario y está relacionada con el Burn-out o la desmotivación en el trabajo.

La Fatiga por Compasión existe, no es una invención y se estudia desde la disciplina de la Psicología.

Según la psicóloga Diana Thomas, la Fatiga por Compasión se caracteriza por tres grupos de síntomas similares a los de Trastorno por estrés Post Traumático:

: • Agotamiento físico, mental.• Bajo rendimiento.• Sentimientos de culpa.• Pesadillas.• Mal humor, irritabilidad.• Adopción del sufrimiento de animales o problemas, como propios.• Abandono de su propia persona por ayudar a los animales.• Sentimiento de abrumación por tanto trabajo que atender.• Relaciones interpersonales afectadas.• Problemas de salud, pérdida de esperanza

La Fatiga Compasional se presenta en distintos niveles de gravedad.El individuo que comienza a involucrarse con el tema de protección animal, al inicio demuestra un gran entusiasmo, el cual se va desgastando con el tiempo, debido a las situaciones límites que constantemente enfrenta.
La Fatiga por Compasión puede llevar a la depresión y generar, incluso, pensamientos de suicidio.

DATOS REVELADORES

La primera encuesta sobre salud mental realizada en USA entre veterinarios, puso de relieve que uno de cada 6 había contemplado la opción de suicidio. Por su parte, un estudio reciente publicado en el American Journal of Preventive Medicine reveló que los trabajadores de los refugios de animales en Estados Unidos tenían una tasa de suicidio de 5.3 por millón, la más alta entre todos los trabajadores del país.
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La ayuda terapéutica y los momentos recreativos, sin culpa, ayudan a superar el sindrome.

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