Siempre, desde muy chica...

escuché decir a mi mamá que no hay que dejar que un perro abandonado (o cualquier animal) pase hambre o sed. En aquella época (tengo 62 años) no se veía lo que se ve hoy. De vez en cuando aparecía algún perro callejeando, tal vez por haber corrido detrás de una perra en celo, pero no era lo común para la época. Mamá les daba agua y comida se quedaban por acá un tiempo y luego seguían viaje, pero, insisto, era uno de vez en cuando. Eso me fue formando, es lo que vi, es lo que escuché. Crecí, y continué con la tarea, siempre buscando la solución para evitar el sufrimiento animal. Ahora, se fueron encadenando las voluntades de una manera casi mágica. No se si decir que soy "proteccionista" me parece una palabra demasiado grande para utilizarla conmigo que soy solamente un pequeño granito de arena que forma un médano que sueña con ser montaña. Por ahora, podría decir que soy "colaboradora de los sin voz" o "una de las voces de los sin voz". Los amo, los entiendo, trato de protegerlos y tengo un sueño que se parece más a una utopía: que todas las voluntades podamos unirnos para servir mejor a nuestros hermanos (según San Francisco de Asís y lo comparto). Somos muchos está comprobado, hay proteccionistas, hay socorristas que están organizados y estamos también los independientes. Creo que todos comenzamos solos y en el camino nos vamos uniendo. Pienso que si nos unimos todos, podemos formar un inmensa red donde cada uno cumpla un rol y no nos desgastemos ni colapsemos y los beneficiados serán esos seres que amamos. Stella Faccio. mail: stellafaccio@hotmail.com

domingo, 29 de enero de 2017

Horno mortal

Los perros se refrigeran jadeando y eliminando el calor a través de la respiración y la lengua, sudando y babeando. Son muy diferentes a nosotros que sudamos por todo el cuerpo, ellos sólo lo hacen a través de las almohadillas de las patas) y a través de zonas de poco pelo como la barriga, cuando se tumban en superficies frescas es precisamente para enfriar o refrescar su temperatura corporal liberando calor por conducción. Un perro encerrado en un coche, no podrá buscar sitios frescos para aliviar el calor por conducción, es decir, acostándose sobre un lugar fresco.
Por esa sencilla explicación, un perro encerrado en un lugar donde las altas temperaturas, el espacio reducido y el estar sólo puede causar hasta la muerte.
Si el interior de un coche en verano es un horno o sauna para nosotros, para un perro lo es mucho más. Tenemos que evitar o “prohibirnos” de correr ese riesgo para la salud y vida de nuestro perro. En el caso de que nuestro perro sufriese un golpe de calor, tenemos que llevarlo urgentemente al veterinario.
Cada año mueren trágicamente cientos de perros esperando con cariño y fidelidad a sus propietarios que les dejaron en el interior de su coche. Simbólicamente hablando, estos pobres perros son cocinados vivos a medida que la temperatura sube en el interior del coche aumenta hasta convertirlo en una trampa mortal y sin salida.
Es muy triste que mucha gente ignore esta realidad y dejan a sus perros con mucha facilidad por algún tiempo dentro del coche creyendo que es un lugar seguro para sus mascotas. Por eso para nosotros es TAN IMPORTANTE llamar la atención sobre este tema y ser más conscientes para salvar la mayor cantidad de perros que se pueda.
Un perro encerrado en un coche en verano, es una condena de muerte !!!
FUENTE : http://conradoblog.com/encerrar-perro-coche/

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